Por Ing. Izbeth Lavalle
Un PLC (Controlador Lógico Programable, por sus siglas en inglés) es uno de los componentes más importantes en el mundo de la automatización industrial.
Su función principal es controlar y supervisar procesos automáticos, haciendo que las máquinas y sistemas funcionen de manera eficiente y sin intervención humana constante.
En este artículo, vamos a explorar qué es un PLC, cómo funciona y qué aplicaciones tiene en la industria, cubriendo conceptos desde lo básico hasta un nivel medio.
El PLC es un dispositivo electrónico diseñado para recibir señales de entrada, procesarlas y generar señales de salida, lo que permite el control de máquinas y procesos.

A diferencia de los sistemas tradicionales de control, que solían depender de una gran cantidad de relés y circuitos cableados, el PLC ofrece una solución más flexible y fácil de programar.
Fue desarrollado en la década de 1960 para reemplazar los complejos y voluminosos paneles de control electromecánicos.
El PLC se puede comparar con un pequeño “cerebro” que toma decisiones basadas en el software que ejecuta.
Este software, conocido como **programa de control**, es creado y cargado por el ingeniero de automatización, quien determina las reglas y condiciones para el funcionamiento de la máquina o el proceso.
Componentes principales de un PLC
Para entender mejor cómo funciona un PLC, es esencial conocer sus componentes básicos:
1. UNIDAD CENTRAL DE PROCESO (CPU): Es el cerebro del PLC. La CPU ejecuta las instrucciones del programa de control y toma decisiones basadas en las entradas recibidas. Dentro de la CPU se encuentra el procesador y la memoria, que almacena tanto el programa como los datos.
2. ENTRADAS Y SALIDAS (I/O): Las entradas son los dispositivos que envían señales al PLC, como sensores de temperatura, interruptores o botones. Las salidas son los dispositivos que el PLC controla, como motores, válvulas o luces. El PLC interpreta las señales de entrada y responde activando o desactivando las salidas según las condiciones programadas.

3. FUENTE DE ALIMENTACIÓN: El PLC requiere una fuente de energía, que generalmente es de corriente continua (DC) o alterna (AC), dependiendo del modelo.
4. MÓDULOS DE EXPANSIÓN: Algunos PLC permiten agregar módulos adicionales para aumentar la cantidad de entradas y salidas o para incorporar funciones adicionales, como comunicación en red o control de movimiento.
¿Cómo funciona un PLC?
El funcionamiento de un PLC sigue un ciclo continuo llamado “ciclo de escaneo”. Este ciclo tiene varias etapas:
1. LECTURA DE ENTRADAS: El PLC lee el estado de todos los dispositivos conectados a sus entradas. Por ejemplo, verifica si un botón está presionado o si un sensor de proximidad detecta un objeto.
2. EJECUCIÓN DEL PROGRAMA: Basado en las señales de entrada, el PLC ejecuta el programa de control. Este programa contiene una serie de instrucciones lógicas que determinan qué hacer con las señales de entrada. Las instrucciones pueden incluir decisiones como “si el sensor A está activado y el botón B está presionado, encender el motor C.”
3. ACTUALIZACIÓN DE SALIDAS: Después de procesar las entradas y ejecutar el programa, el PLC actualiza el estado de las salidas, activando o desactivando dispositivos como motores, luces, válvulas, etc.
4. AUTODIAGNÓSTICO Y COMUNICACIÓN: El PLC también verifica su propio estado interno para detectar errores y, en algunos casos, se comunica con otros dispositivos o sistemas. Este ciclo se repite continuamente en milisegundos, lo que permite al PLC responder rápidamente a cambios en las entradas.
Tipos de PLC
Existen varios tipos de PLC, que se clasifican principalmente por su tamaño y capacidades:
PLC COMPACTO: Son unidades pequeñas y económicas, con un número fijo de entradas y salidas. Son ideales para aplicaciones sencillas donde no se requiere una gran cantidad de dispositivos de control.
PLC MODULAR: Estos PLC permiten agregar módulos de expansión, lo que los hace más flexibles y adecuados para sistemas más grandes y complejos.
PLC PROGRAMABLES DE SEGURIDAD: Utilizados en aplicaciones críticas donde la seguridad es primordial, como en plantas químicas o instalaciones de energía. Estos PLC están diseñados para cumplir con normativas específicas de seguridad.
Aplicaciones del PLC en la industria
El PLC ha transformado la manera en que se gestionan los procesos industriales, desde la fabricación hasta la gestión de servicios públicos. Algunas de las aplicaciones más comunes incluyen:

1. AUTOMATIZACIÓN DE PROCESOS INDUSTRIALES: En fábricas, los PLC se utilizan para controlar líneas de producción, gestionando el funcionamiento de robots, cintas transportadoras y sistemas de ensamblaje.
2. SISTEMAS DE CONTROL DE HVAC: En edificios y plantas industriales, los PLC controlan sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), ajustando la temperatura y la ventilación de manera automática.
3. CONTROL DE MAQUINARIA PESADA: En sectores como la minería y la construcción, los PLC gestionan el funcionamiento de maquinaria pesada, monitoreando parámetros clave como la velocidad y la presión.
4. SISTEMAS DE TRATAMIENTO DE AGUA: Los PLC son fundamentales en plantas de tratamiento de agua, donde controlan bombas, válvulas y procesos químicos para garantizar el tratamiento adecuado.
Ventajas de usar un PLC
1. FLEXIBILIDAD: A diferencia de los sistemas cableados tradicionales, el PLC puede reprogramarse fácilmente para adaptarse a cambios en el proceso o para optimizar su rendimiento.
2. CONFIABILIDAD: Los PLC están diseñados para funcionar en entornos industriales hostiles, con alta resistencia al calor, polvo y vibraciones.
3. FÁCIL INTEGRACIÓN: Un PLC puede comunicarse con otros sistemas a través de redes industriales, lo que permite la creación de sistemas complejos y altamente integrados.
4. MANTENIMIENTO SENCILLO: Gracias a su capacidad de autodiagnóstico, un PLC puede identificar problemas en tiempo real, facilitando el mantenimiento preventivo.
Como podemos advertir, un PLC es una herramienta clave en el campo de la automatización industrial.
Su capacidad para gestionar procesos complejos de manera eficiente lo convierte en un componente esencial en la industria moderna.
Para un ingeniero de control y automatización, el PLC es la columna vertebral de los sistemas que diseñamos y operamos.
Dominar su funcionamiento y programación es fundamental para optimizar los procesos industriales y garantizar la eficiencia y seguridad en todo momento.
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